Oct 5 • Psicólogas Sylvia Machado y Azul Bado
Flores MBU y Experiencia Somática
Resumen
Nuestra intención es desarrollar un análisis buscando el encuentro entre ambos enfoques.
Estos son algunos organizadores que usaremos para la puesta en común desde nuestra experiencia y nivel de aprendizaje.
- Experiencia Somática Abordaje naturalista
- Noción de Trauma (Dinámica de Acoplamiento)
- Cómo trabaja E.S (Proceso de integración de la experiencia y el Self) Elementos de la experiencia
- Renegociación del Trauma vs Re vivencia
- Sinergia entre el Abordaje Somático del Trauma y el Sistema MBU (Como las MBU favorece el trabajo en el campo del trauma)
¿Cómo potencia la medicina MBU el trabajo del trauma?
La Medicina Bioenergética del Uruguay estimula el cuerpo energético y por lo tanto físico del individuo con el fin de movilizar la energía vital y lograr el estado de salud.
Desde la Experiencia Somática, el trauma es fundamentalmente fisiológico. Le ocurre inicialmente al cuerpo, al sistema nervioso. Cuando se percibe una situación amenazante, psiquis-cuerpo moviliza una gran cantidad de energía con el fin de prepararse para la lucha, la huida o el congelamiento como respuesta de supervivencia. Aparecen las hormonas del estrés como el cortisol y la adrenalina. Cuando el cuerpo descarga la energía a través de completar cualquiera de las respuestas de defensa, le envía una señal al cerebro para que reduzca los niveles de estrés y el cuerpo regrese a su estado de homeostasis.
Debido al dominio de la razón, los seres humanos perdimos la capacidad de responder instintivamente y descargar dicha energía acumulada por lo que ésta se almacena como energía residual en el cuerpo. Por ejemplo, los animales como respuesta de defensa ante el depredador se congelan (“hacerse el muerto”) y una vez a salvo, a través del temblor y sacudirse, descargan la energía acumulada como mecanismo de autorregulación con el fin de que el organismo vuelva al equilibrio.
Los seres humanos perdimos esta inteligencia instintiva, por lo tanto, tal intensidad energética se fija en el cuerpo y continúa estimulando al sistema nervioso y éste a la vez estresando al cuerpo. La energía no descargada queda almacenada en el sistema nervioso, como energía residual, lo que prepara el escenario para la formación de los síntomas del trauma.
El estado interno por resonancia energética crea la realidad del individuo que refuerza y retroalimenta a la vez el trauma. En la experiencia de la vida, se repiten una y otra vez las mismas situaciones estresantes. A través del mandala floral que comprende las nueve personalidades y sus respectivas heridas básicas, logramos ampliar la mirada en lo que refiere al trauma de desarrollo. La personalidad se construye en base a las experiencias traumáticas en donde la vida se vio amenazada y la única forma de sobrevivir era a través de mecanismos de defensa que comprenden la desconexión del cuerpo debido a la alta intensidad energética en el mismo. El mandala floral nos aporta en la comprensión de ciertos mecanismos y funcionamientos propios de cada personalidad. Teniendo en cuenta qué es lo que tiende a estresar al individuo y cuáles son sus recursos, tenemos en cuenta qué flores colaborarán en su proceso de auto-sanación.
La Medicina MBU colabora en el proceso de desacoplamiento del trauma, es decir, en re organizar el organismo, reunir las partes que han quedado incomunicadas entre sí en un plano inconsciente trayendolos a la consciencia. Los efectos del trauma llevan a la fragmentación psíquica, distorsionando la realidad, es decir, lo que no es aparentemente peligroso se percibe como amenazante. Cada flor trabaja sobre el arquetipo en defensa colaborando a trascender la polaridad psíquica en el plano inconsciente. Cada flor moviliza la energía bloqueada en cierto centro de consciencia (chakra) y a la vez en el plano psíquico se refleja a través de “insights”, recuerdos, imágenes, claridad.
Las flores ayudan a procesar e integrar las experiencias difíciles que han quedado impresas en el inconsciente, en el sistema nervioso. Movilizan la energía desbloqueando el cuerpo energético, emocional y mental. Son aliadas para el sistema nervioso en el proceso de autorregulación por lo que brindan seguridad, estabilidad y orden ampliando el contenedor, los centros de consciencia para transitar las emociones y trascender los complejos.
Las flores ayudan a procesar e integrar las experiencias difíciles que han quedado impresas en el inconsciente, en el sistema nervioso. Movilizan la energía desbloqueando el cuerpo energético, emocional y mental. Son aliadas para el sistema nervioso en el proceso de autorregulación por lo que brindan seguridad, estabilidad y orden ampliando el contenedor, los centros de consciencia para transitar las emociones y trascender los complejos.
A partir de la resonancia, de la lectura y la escucha activa del cuerpo acompañamos al individuo a pendular entre el vórtice y el contra vórtice del trauma en el proceso de integración. Es importante titular para prevenir un exceso de estrés que desencadene en re vivenciar el trauma en el sistema. La MBU también se basa en el principio de los opuestos. Las flores ayudan al sistema a pendular entre los polos que conforman a la energía arquetípica a trabajar hasta llegar a trascender el complejo. La toma de flores y la titulación colaboran en el proceso de descargar la energía residual que bloquea el libre flujo energético, a re conectar con el cuerpo, con el río de la vida y el sentido de totalidad. La MBU y ES se entretejen en el camino de la liberación y de la conexión con la fuerza de la vida y el sentido de espiritualidad y unión con la Energía Universal.
Las flores además de tender puentes entre el inconsciente y la consciencia individual, también facilitan la interconexión entre individuos y el ecosistema como parte de la re conexión con el río de la vida. Las flores amplifican los centros energéticos, colaboran en la interconexión nerviosa regulando los sistemas que conforman al organismo. Los sistemas entran en sintonía y funcionan sincrónicamente al unísono armonizando la totalidad del organismo. Esto mismo que sucede en un nivel individual, también sucede en un nivel colectivo, por ejemplo al trabajar con grupos. En las sesiones es notorio cuando terapeuta y paciente están tomando medicina MBU. Se siente en la resonancia, en el campo energético que se crea en relación. En casos de pacientes con dificultades de conectar con el cuerpo, donde hay rigidez y una profunda desconexión, la medicina facilita la apertura y la amplificación de los centros de consciencia. Es decir, se puede acceder fácilmente a la información en el campo en comparación a cuando no se está tomando la medicina. Se crea el espacio y el silencio para escuchar lo que necesita ser escuchado. El espacio y el silencio se logran al reducir el estrés y disolver los mecanismos de defensa, las flores crean dicho espacio seguro en el cuerpo donde ya no es necesario defenderse, donde ya no hay peligro. Se abre la posibilidad para sentir, procesar e integrar la información en el cuerpo logrando un estado de conexión y presencia.
-Azul
La M.B.U. actúa sobre la unidad estimulando y energizando la vitalidad del cuerpo físico actuando sobre el plano energético. Cada flor representa una energía arquetípica que estimula un centro energético específico con el fin de equilibrar y amplificar la conciencia. Entramos en contacto con el alma de la flor, con el arquetipo que representa cada planta. En el inconsciente colectivo se encuentran los arquetipos y las flores nos muestra qué necesitamos integrar de cada energía arquetípica. Nos ayudan a transitar las emociones, autorregularnos de forma creativa. Las flores trabajan sobre la herida básica de la personalidad manifestada en el cuerpo físico como bloqueos energéticos y en el cuerpo mental como patrones rígidos de pensamiento/creencias.
Las flores estimulan el sistema nervioso, nos devuelven nuestra capacidad de autorregulación, nuestra capacidad innata de auto sanación. Traen a la conciencia soluciones creativas en el momento presente. Las flores tienden puentes entre nuestras múltiples partes que debido al trauma se encuentran fragmentadas/separadas entre sí. Colaboran en la comunicación entre el plano consciente e inconsciente en el proceso de integración del trauma creándose el espacio para el encuentro con el Self.
En el abordaje del trauma personal, transgeneracional y colectivo las flores con su energía compasiva y amorosa nos brindan la seguridad necesaria para tomar contacto con las emociones que han quedado congeladas en el cuerpo, trabajando así a nivel energético con los síntomas creando contención, un contenedor seguro para sentir. Colaboran en el proceso de integrar el pasado, la historia no integrada del colectivo, de nuestro sistema familiar a través del camino de individuación. Es un camino de aprendizaje, autoconocimiento y autosanación en donde nos vamos actualizando y descubriendo nuevas formas de ser y estar.
Los síntomas del trauma son llamadas internas a despertar. Si aprendemos a escuchar, si incrementamos la conciencia de nuestros cuerpos y finalmente si nos abrimos a la información que nos trae el trauma, este comienza a informar nuestro propósito de vida, se vuelve un catalizador para la autorrealización del Ser.
Desde la Experiencia Somática, el trauma es fundamentalmente fisiológico. Le ocurre inicialmente a nuestros cuerpos, a nuestro sistema nervioso. Cuando percibimos que una situación amenaza nuestra vida, la mente y el cuerpo movilizan una gran cantidad de energía con el fin de prepararse para la lucha, la huida o el congelamiento. Aparecen las hormonas del estrés como el cortisol y la adrenalina. Cuando el cuerpo descarga esta energía a través de completar cualquiera de esas respuestas de defensa, le envía una señal al cerebro para que reduzca los niveles de hormonas del estrés y el cuerpo vuelve a su estado de homeostasis. Hemos perdido la capacidad de responder y descargar dicha carga energética por lo que queda como energía residual en el cuerpo. Por ejemplo, los animales cuando responden con el congelamiento como respuesta de defensa, una vez pasado el peligro, la energía que acumularon en el proceso de congelamiento, la descargan a través del temblor y el organismo vuelve a la homeostasis. Los seres humanos hemos perdido esta capacidad de autorregulación. Tal intensidad energética se fija en el cuerpo y por lo tanto continúa estimulando al sistema nervioso para que este continúe liberando altos niveles de adrenalina y cortisol. La energía no descargada queda almacenada en el sistema nervioso, como energía residual, lo que prepara el escenario para la formación de los síntomas del trauma.
Cuando salimos del estado de inmovilidad/congelamiento, nos encontramos con una cantidad de energía que nos atemoriza, por lo tanto nos resistimos a la intensidad de nuestras sensaciones. Las flores colaboran a transitar las emociones y sensaciones que emergen del proceso, amplificando nuestro cuenco, nuestro contenedor, nuestra seguridad para experimentar los movimientos energéticos y completar las descargas.
-Sylvia
Experiencia Somática desde hace 12 años me trae la posibilidad de integrar conocimientos de la Orgonomía Reichiana , la Gestalt organísmica, la bioenergética de A.Lowen, la Psicología Social y mis incursiones tempranas por las terapias alternativas.
Al día de hoy he acuñado la noción de trauma como energía residual de supervivencia bloqueada en el organismo. Este “bloqueo” genera efectos fundamentalmente en la integración de la experiencia, por tanto, incide en el desarrollo del sí mismo, su vitalidad, grado de conexión consigo mismo, los otros y su relación con la vida, su lugar en ella.
Es decir que estos enfoques miran desde una perspectiva similar a MBU al organismo, propiciando una integración de procesos energéticos, psicológicos y fisiológicos, expresando las diferentes dimensiones del ser. Desde MBU vengo tomando muchos conocimientos sobre la simbología del inconsciente, los complejos relacionales y su relación con el proceso de individuación de la persona y su conexión con su ser esencial:
ES trabaja la regulación del sistema nervioso autónomo y la vuelta a la homeostasis por parte del organismo, dada por la descarga de la energía residual y la reintegración de fragmentos de experiencia que quedaron desalojadas del curso vital del organismo y el desarrollo de la resiliencia de la persona. A su vez aporta todo un conocimiento, presente en la sesión como factor educativo, de como afrontar los cambios energéticos en la persona, los recursos que ella va logrando para lidiar con niveles de activación nerviosa dentro de su margen de tolerancia.
El trauma desde esta perspectiva es una distorsión, o acelerada y desorganizada integración de la experiencia de vida por parte del organismo.
Veo la Experiencia Somática y otras metodologías de abordaje del trauma como una metodología respetuosa y fenomenológica desde donde acompañar al organismo en su proceso de integración, desarrollo y resiliencia. A la vez como una perspectiva educativa de la modalidad de Autorregulación de la persona.
El trabajo de la MBU va en sintonía con esta noción bioenergética de la persona, y su camino de desarrollo.
En lo que a mi vivencia se refiere, ha sido muy nutritivo poder identificar en grupo patrones arquetípicos que se activan, emociones, recuerdos, sensaciones ante la toma de una esencia floral. Ha sido como un permiso personal a conocerme desde otro lugar, la psicología de los chacras y el trabajo con los arquetipos del desarrollo humano.
Mi vivencia en este trabajo es de una mayor flexibilidad y movimiento en mi mundo interior, una vivencia de integración pudiendo sentir y ver aquello que esta protegido por la defensa, se da un movimiento alquímico, una integración de polaridades que favorecen la reorganización del self y su conexión con la totalidad. Una vivencia de sabiduría que acompaña este camino de sentir aquello que está en nosotros que es parte del todo y que no solo tiene que ver con los hechos de vida, sino con contenidos transgeneracionales y culturales.
MBU posibilita un trabajo de renegociación del trauma, en el sentido de que vamos moviendo la energía bloqueada en nuestras máscaras, heridas y complejos psicológicos para reencontrarnos con nuestra espiritualidad y el sentido de nuestra vida.
En el caso de cómo las esencias florales me ayudan en los procesos de consulta:
Percibo una mayor flexibilidad psíquica, mayor capacidad de observar por parte del consultante las cualidades arquetípicas que se mueven en su proceso, así como también una mayor conexión con su mundo interior y su camino de vida.
El abordaje de MBU trae a la consulta una mirada más trascendente y singular o concreta a la vez de cuáles son las experiencias del desarrollo que han generado malestar en la persona. Así como la mayor comprensión y compasión para mirar los signos y síntomas de los aspectos defensivos.
Aparece en el consultante mayor acceso a la conciencia a través de sueños o insights información sobre lo que le sucede y como ha operado en su vida en los aspectos relacionales consigo mismo y con los otros.
-Notas para la comprensión del abordaje de Experiencia Somática.
Herramienta Naturalista para la prevención y resolución de la ansiedad y el estrés postraumático, creada por el Dr. Peter Levine, Doctor en Biofísica Médica y Psicología.
Se basó en los aportes de Neurofisiología, Neurociencia, Etología, Psicología.
Considera al ser humano y a los animales con una capacidad innata para regular y descargar los altos niveles de activación relacionados con los comportamientos de supervivencia. Los animales en estado salvaje luego de sobrevivir a la amenaza descargan de forma espontánea aquellas defensas de lucha , huida o congelamiento restaurando el equilibrio basal del organismo y su adaptación al entorno. En el ser humano estos procesos son interrumpidos en el ser humano por el neocórtex, el pensamiento racional, acarreando síntomas como forma de supervivencia de esta energía de supervivencia en el organismo.
El trauma para Levine está en la fisiología , en la respuesta frente al estrés por parte del SNA y no en el evento en sí mismo. En otras palabras el trauma es la afectación de la capacidad innata de autorregulación después de una amenaza real o fantaseada.
Autorregulación: Nuestra fisiología cuenta con la herencia de la habilidad para cargar energía nerviosa para la defensa y descargarla cuando ha pasado el peligro. Esta capacidad del organismo de cambio de estados de constricción a estados de relajación, es lo que Peter Levine llama de Pendulación, movimiento natural del organismo.
Basado en el mapa de cerebro trino de Mac Lean, tenemos tres cerebros, el reptiliano (Instintos de supervivencia), el límbico o emocional presente en los mamíferos, y el neocórtex que comanda la mente racional. ES va a trabajar con las respuestas de supervivencia que no se han descargado en el organismo, entendiendo que funcionamos en una jerarquía ascendente hacia el neocórtex. Ello explica porque el pensamiento cognitivo no es suficiente para elaborar las experiencias traumáticas y muchas veces es la causa de revivencia de las mismas.
Tenemos tres respuestas de defensa como organismo frente a la amenaza; luchar, huir o congelar. Cuando las dos primeras no son posibles, el sistema nervioso autónomo en su rama simpática y parasimpática se co-activan acopladas al miedo frente a la amenaza y se produce el congelamiento, la disociación.
ES trabaja dentro del rango de resiliencia de la persona, o lo que luego S. Porges creador de la teoría Polivagal llamará Ventana de Tolerancia, previniendo el desborde y la retraumatización. Así también respeta el movimiento espontáneo, ralentizando la experiencia en el aquí y ahora de la sesión, para poder ir descargando la energía de supervivencia que quedó atrapada en el organismo y que se expresa en signos y síntomas de hiperactivación, hiperactivación (disociación) o ambas.
“Menos es más “, esta metáfora alude a lo específico de esta herramienta. Anclar a la persona en una buena sensación o lo que llamamos recurso, para desde ahí tomar una pequeña porción de activación nerviosa (titulación) y con la presencia observadora en la sensación sentida, favorecer la descarga y la reorganización de la experiencia.
Trabaja enfocando la atención en la sensación sentida, el lenguaje del sistema de supervivencia o cerebro reptiliano, accediendo a las sensaciones físicas y los comportamientos espontáneos en el aquí y ahora, dentro de un margen de seguridad y empoderamiento.
Para ello antes de trabajar con la vivencia traumática nos aseguramos que la persona esté enraizada en el presente, orientada y conectada con el entorno. Anclada en sus recursos internos.
El contenido de la historia sólo es contemplado a los efectos de trabajar la activación que emerge.
A grandes rasgos podemos hablar de Traumas de Shock y traumas de desarrollo (eventos ocurridos en el desarrollo del niño).
T.Desarrollo: Desde el periodo prenatal vamos a tener estrés físico, informaciones del estrés que son almacenados en la memoria implícita a través de patrones específicos motores, emocionales, comportamentales y relacionales.( Noción de Complejos psicológicos).
Entre los traumas de Shock encontramos varias categorías de impacto que amenazaron la integridad de la persona. ejemplo de estas últimas, accidentes, ahogamiento, asfixia, trauma por desastres naturales, terror, abuso, etc.
“"El cuerpo sabe lo que la mente aún no se ha dado cuenta.”
Psicoterapeuta y somática Alexandra Katehakis
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